La preparación del suelo es una de las labores más importantes para la obtención de cosechas rentables. La clave es adaptar los terrenos para conseguir un mayor rendimiento. Los factores principales en este sentido son la preparación de la estructura del suelo, aireación y compactación, el aporte de humedad y la materia orgánica, y para conseguirlo, los diferentes tipos de aperos tienen un importante papel.

Las necesidades, tamaño y caracteres de los aperos obligan a realizar una selección según los usos que se va a dar en los diferentes trabajos a realizar y según los tipos de suelos disponibles y cultivos a producir.